SETIEMBRE y OCTUBRE
PALABRA DISPARADORA PARA LA REFLEXIÓN
… Hay que jugarse…
Es una frase común, pero no es tan común ponerla en práctica. En el lenguaje popular, la usamos cuando alguien o algo nos invita a ser protagonista; queremos “participar” o movilizamos a otros a “participar” en la actividad o en los proyectos que están en marcha.
El “jugarse” nos lleva a pensar que nuestra acción al concretarse, debe ser muy comprometida y sostenida en el tiempo. El jugarme, va para todo lo que hago diariamente: Me juego con la palabra, con mi comportamiento, con mis afectos, con mis pensamientos…. Soy yo el que me juego por algo o por alguien. Muestro en esta acción que me comprometo, que me arriesgo por mejorar una situación, o mejorar mi comportamiento, o mejorar un problema que está en forma permanente y que requiere una solución personal o colectiva…
El opuesto a jugarse es la indiferencia. El que no se “juega” no le importa “avanzar”; no le preocupa la realidad. Pareciera estar en otro tiempo y en otro espacio; o algunas veces nos tapamos con cosas para decir que estamos ocupados para no jugarnos en serio.
No perdamos de vista que estamos este año en el Bicentenario de nuestra Argentina. Este hecho patrio nos invita con las acciones de todos los días construir nuestra personalidad individual y social con el comportamiento de todos los días.
También esta palabra disparadora va para nosotros los adultos. Nos quieren ver cómo nos jugamos todos los días. Nos quieren ver como modelos de cambio, de alegría, de esperanza, de solidaridad.
A jugarse y jugarnos. Es un reto para todos; nadie puede quedar indiferente….
PARA REFLEXIONAR CON LOS ALUMNOS
No hay peor ofensa que la indiferencia.
El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia.
El valor de una persona se refleja en su actitud. Sé perseverante en la forma de mejorar tu trato hacia las personas.
La libertad no consiste en hacer lo que se quiere, sino en hacer lo que se debe.
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